Seminario Misionero Arquidiocesano «Redemptoris Mater» Nuestra Señora de Guadalupe
“Id pues y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo”. Mt 28, 19.
Introducción
Los Seminarios “Redemptoris Mater” son unos de los frutos más importantes de la renovación conciliar. Una realidad completamente nueva, deseada, desde el Concilio Vaticano II que en la PRESBYTERORUM ORDINIS n. 10 dejó dicho:
“Recuerden los Presbíteros que a ellos incumbe la necesidad de todas las iglesias… y en donde ello sea necesario (por falta de clero) se facilite no solo una funcional distribución de los Presbíteros sino también el desarrollo de peculiares iniciativas en favor de ciertas regiones o naciones o también de todo el mundo.”
En este sentido podrá ser útil la creación de Seminarios Internacionales para el bien de toda la Iglesia según las normas a establecer y respetando el derecho de el Ordinario del lugar” (P.O. n. 10).
En el año 1991 la Comisión Internacional formada por el Papa Juan Pablo II para resolver la grave carencia de sacerdotes en muchas zonas del mundo reconoció que “Esta idea del Concilio ha encontrado respuesta en los seminarios “Redemptoris Mater” que preparan presbíteros para la nueva evangelización, según el programa del Camino Neocatecumenal … Se daria asi respuesta a una nueva forma de presbiteros: el misionero diocesano ” (Osservatore Romano 15.3.1991).
Los seminarios Redemptoris Mater, como los estatus y regla de vida dicen, son verdaderos seminarios diocesanos que dependen del Obispo. Los alumnos de estos seminarios reciben la misma formación teológica que los otros seminaristas de la diócesis. Hacen un año pastoral en la parroquia como diáconos y dos años o más en la diócesis como presbíteros antes que el Obispo pueda enviarlos en misión. Pero si el Obispo tiene urgencia en su diócesis para una zona particularmente difícil puede disponer de estos presbíteros, puesto que han sido ordenados sin condiciones. Una característica de estos seminarios Redemptoris Mater es la internacionalidad, visibiliza de forma concreta la nueva realidad anunciada por el cristianismo, en que “ya no hay mas judío, ni blanco, ni negro, sino una nueva creación, un hombre celeste”, muestra la naturaleza de dichos seminarios por todo el mundo hasta los confines de la tierra.
La experiencia ha demostrado que unir a la formación presbiteral un itinerario de iniciación a la vida cristiana, como es el Camino Neocatecumenal, constituye una gran ayuda para la maduración psicológica, efectiva y humana de los aspirantes (antes de ser presbíteros son cristianos y en el camino de la fe aprenden la comunión, la obediencia, la oración, el sentido de la cruz, etc.) y también sobretodo, para unir la misión con la parroquia puesto que el Camino Neocatecumenal es un tiempo de formación que termina con comunidades vivas, adultas y misioneras unidad al párroco y al Obispo.