Concédenos Señor Dios Nuestro, anhelar de tal manera la llegada de tu Hijo Jesucristo, que cuando llame a nuestras puertas, nos encuentre velando en oración y cantando sus alabanzas. (Oración final de Laudes, Lunes I de Adviento).
Queridos hermanos y bienhechores: ¿Cómo no bendecir al Señor? ¡Cómo ha pasado el tiempo! El Seminario ya ha cumplido sus diez primeros años, parece que fue ayer cuando en el año 1997, a sugerencia de Papa Juan Pablo II, el Cardenal Miguel Obando y Bravo, solicitó a los iniciadores del Camino, la creación de un Seminario Redemptoris Mater en Managua, quedando patente que esta obra no es de los hombres sino del Señor. Haciendo un recuento rápido de estos diez años hemos visto la obra que el Señor ha realizado. En el año 97 se designaron los primeros doce seminaristas enviados a Nicaragua en la convivencia de Porto San Giorgio, de los cuales hoy seis ya son presbíteros y tres diáconos. En el año 98 se colocó la primera piedra del edificio del Seminario. En año 99 se ordenaron los tres primeros presbíteros quienes siguen adelante en su ministerio. En el 2000 se inauguró la primera fase del edificio del Seminario que corresponde al Santuario de la Palabra. En el 2004 se inauguró la segunda fase del Seminario que corresponde a las habitaciones, salones, etc. En el 2005 se ordenaron cuatro presbíteros, sumando siete el total de presbíteros ordenados en nuestro Seminario. En el 2006 se elaboró el diseño de lo que será la tercera fase de la construcción, correspondiente a la Iglesia y que Dios mediante, será inaugurada en el 2008. En el 2007, nueve seminaristas fueron ordenados diáconos. En estos diez años hemos tenido la gracia de haber sido visitados en tres ocasiones por los iniciadores del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, Carmen Hernández y el P. Mario Pezzi, quienes siempre nos han dado una palabra de ánimo, a nosotros, los formadores, a los seminaristas y a todos los hermanos. En fin, son tantas las gracias que el Señor nos ha concedido que es difícil enumerarlas todas.
A todos vosotros os pedimos vuestras oraciones para que el Señor nos conceda la gracia de trabajar en su viña y su reino de amor. De todo corazón estamos agradecidos por tantos dones que el Señor nos han concedido a través de todos vosotros. En la certeza de nuestras oraciones los unos por los otros, nos despedimos con el saludo de la paz, deseándoles una Feliz Navidad y un año 2008 lleno de bendiciones.